sábado, 13 de junio de 2015

22 ¡MISTERIOS SANTO ROSARIO GOZOSOS! ® © @

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Coincidencias de: SANTO ROSARIO - BENDICIÓN - SAN LUCAS - CAPITULO 1 VERSICULO 26 - CAPITULO 1 VERSICULO 40 - CAPITULO 2 VERSICULO 67 - CAPITULO 2 VERSICULO 22 - CAPITULO 2 VERSICULO 46  . Asociación a: ORACIÓN. Tipo de búsqueda Estándar Entre varias fiabilidad Alta en este futuro alternativo. Mtz., 1. Ini., 36. Dst., 385. ¿MISTERIOS GOZOSOS? ® © @





"II ... nació de la Virgen María

487 Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María ilumina a su vez la fe en Cristo.

La predestinación de María

488 "Dios envió a su Hijo" (Ga 4, 4), pero para "formarle un cuerpo" (cf. Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a "una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María" (Lc 1, 26-27):

«El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la Encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida» (LG 56; cf. 61)"., Catecismo de la Santa Iglesia Católica - PRIMERA PARTE - LA PROFESIÓN DE LA FE - SEGUNDA SECCIÓN: LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA CAPÍTULO SEGUNDO: CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS - ARTÍCULO 3 - "JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN" - Párrafo 2 “... CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO, NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN”.




"Misterios de Gozo

20. El primer ciclo, el de los «misterios gozosos», se caracteriza efectivamente por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Esto es evidente desde la anunciación, cuando el saludo de Gabriel a la Virgen de Nazaret se une a la invitación a la alegría mesiánica: «Alégrate, María». A este anuncio apunta toda la historia de la salvación, es más, en cierto modo, la historia misma del mundo. En efecto, si el designio del Padre es de recapitular en Cristo todas las cosas (cf. Ef 1, 10), el don divino con el que el Padre se acerca a María para hacerla Madre de su Hijo alcanza a todo el universo. A su vez, toda la humanidad está como implicada en el fiat con el que Ella responde prontamente a la voluntad de Dios.



El regocijo se percibe en la escena del encuentro con Isabel, dónde la voz misma de María y la presencia de Cristo en su seno hacen «saltar de alegría» a Juan (cf. Lc 1, 44).




Repleta de gozo es la escena de Belén, donde el nacimiento del divino Niño, el Salvador del mundo, es cantado por los ángeles y anunciado a los pastores como «una gran alegría» (Lc 2, 10).



Pero ya los dos últimos misterios, aun conservando el sabor de la alegría, anticipan indicios del drama. En efecto, la presentación en el templo, a la vez que expresa la dicha de la consagración y extasía al viejo Simeón, contiene también la profecía de que el Niño será «señal de contradicción» para Israel y de que una espada traspasará el alma de la Madre (cf. Lc 2, 34-35).




Gozoso y dramático al mismo tiempo es también el episodio de Jesús de 12 años en el templo. Aparece con su sabiduría divina mientras escucha y pregunta, y ejerciendo sustancialmente el papel de quien 'enseña'. La revelación de su misterio de Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los más profundos lazos de afecto humano. José y María mismos, sobresaltados y angustiados, «no comprendieron» sus palabras (Lc 2, 50).




De este modo, meditar los misterios «gozosos» significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido más profundo.




Significa fijar la mirada sobre lo concreto del misterio de la Encarnación y sobre el sombrío preanuncio del misterio del dolor salvífico.




María nos ayuda a aprender el secreto de la alegría cristiana, recordándonos que el cristianismo es ante todo evangelion, 'buena noticia', que tiene su centro o, mejor dicho, su contenido mismo, en la persona de Cristo, el Verbo hecho carne, único Salvador del mundo"., Cfr. CARTA APOSTÓLICA ROSARIUM VIRGINIS MARIAE, DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II - AL EPISCOPADO, AL CLERO Y A LOS FIELES SOBRE EL SANTO ROSARIO - Vaticano, 16 Octubre del año 2002, inicio del vigésimo quinto de su Pontificado.